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sexta-feira, 18 de julho de 2025

Francesca Albanese, relatora de la ONU: “Las técnicas de intimidación de Estados Unidos son de un estilo mafioso”

 

La abogada italiana, blanco de sanciones por parte de la Administración de Trump por su defensa de la población palestina en Gaza, descarta dimitir y propone la suspensión total de relaciones con el “régimen de ‘apartheid” de Israel

Francesca Albanese

Los ojos de la diplomacia internacional estaban puestos esta semana en Colombia, en donde se celebró la primera cumbre del Grupo de La Haya, un bloque de ocho países, todos del llamado Sur Global, que acordaron medidas diplomáticas y económicas para presionar a Israel para que acepte un alto el fuego y acabe con la guerra en Gaza. Pese a que las delegaciones de una treintena de países, incluidos México y España, estuvieron presentes, la invitada que se robó toda la atención fue Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados. La abogada italiana, que no teme calificar lo que ocurre en Palestina como un "apartheid", fue sancionada la semana pasada por Estados Unidos, que la acusa de “apoyar el terrorismo” y de promulgar un “antisemitismo descarado”.

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Albanese (Ariano Irpino, Italia, 48 años) sostiene que las medidas de la Administración de Donald Trump sientan un “terrible precedente”. “Las sanciones abren el camino para que otros Estados puedan hacerle lo mismo a otros relatores especiales y paralizar así su función. Sé que no soy inmune a las críticas, pero, si Estados Unidos tiene un argumento sustancial, ¿por qué no nos sentamos y lo discutimos?”, cuestiona durante una entrevista con este diario en su hotel, en el centro de Bogotá.

Las represalias impuestas por el Departamento de Estado, liderado por Marco Rubio, oscilan desde la prohibición de entrada a Estados Unidos al bloqueo de los activos que tuviese en ese país. “Esto va a afectar mi vida, por supuesto. No podré, por ejemplo, tener una cuenta bancaria en cualquier circuito que está conectado a Estados Unidos. Encontraré alguna, claro, pero creará un efecto amedrentador a mi alrededor, que puede tener consecuencias sobre cualquier persona con ciudadanía estadounidense que se relacione conmigo”. Su vida, asegura, está en peligro: “Empecé a recibir amenazas de muerte más graves y contra mi familia tras la publicación del informe Anatomía de un genocidio [en julio de 2024]. Pero ahora la presión ha cambiado. Las técnicas de intimidación de Estados Unidos son de un estilo mafioso”.

Los Estados que mantengan vínculos con otro acusado de crímenes de guerra violan con sus deberes de la legalidad internacional

¿Estados Unidos la está presionando para que dimita? “¡Por supuesto!”, responde con vehemencia. Y, ¿lo ha considerado? “No dimitiré, ¿por qué lo haría? Mientras tenga el mandato, continuaré. No voy a ceder a la presión de Estados Unidos, en absoluto. Y no lo hago porque esté apegada a las supuestas ganancias de estar en este rol. Es porque, así como yo, muchos otros están poniendo su vida en peligro. Hay muchos funcionarios que han sido despedidos y otros tantos académicos que han sido castigados. Hay muchos que se resisten a esta barbarie y me sentiría fatal si no utilizara mi posición para estar con ellos”, constata.

En su más reciente informe, la relatora denuncia a más de 60 compañías de todas partes del mundo por ser “cómplices” de “la maquinaria corporativa que sostiene el proyecto colonial israelí”. “Pude haber escrito este informe hace años: desde hace décadas que estas empresas sabían que Israel estaba violando los derechos de los palestinos. Pero ahora, muchas se han beneficiado del genocidio”, asevera. Entre las empresas mencionadas están las estadounidenses Blackrock y Vanguard (inversión); las colombianas Drummond y Glencore (carbón); y la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (transporte).

Para Albanese, las responsabilidades no se deben limitar a las empresas, sino que deben también recaer sobre los Estados. Y por eso propone que todos los países corten relaciones diplomáticas y económicas con Israel. Los que no lo hagan, alega, “están violando el derecho internacional”. “Todos los que mantengan vínculos con otro Estado acusado de crímenes de guerra, y ahora de genocidio, son responsables y violan sus deberes de la legalidad internacional”.

Su reclamo se encuentra con varios escollos, especialmente por parte de los más poderosos. Mientras que Trump ha mostrado un respaldo casi sin fisuras al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu; la Unión Europea no consiguió ponerse de acuerdo esta semana para sancionar a Israel, a pesar de haber constatado las vulneraciones de sus obligaciones humanitarias en Gaza.

Lo que está pasando en Palestina está creando una sensación de desconfianza y de impotencia

Otros actores más pequeños han intentado tomar cartas en el asunto. Una docena de países, entre ellos Colombia, Bolivia, Indonesia, Irak, Libia y Malasia, pactaron en Bogotá medidas como impedir el suministro de armas a Israel y evitar que buques vinculados a la industria militar israelí atraquen en sus puertos. Según Albanese, son acciones que van en el camino correcto, pero que siguen siendo insuficientes: “Nunca estaré satisfecha, porque [los gobiernos] siempre pueden ser más audaces y atrevidos. Pero esto es lo mínimo y por algún sitio tenemos que comenzar”.

Las más recientes declaraciones de la relatora transmiten cierto sentido de urgencia para actuar ya por Gaza. Desde que inició la guerra, en octubre de 2023, han muerto más de 58.000 palestinos en la Franja. ¿Estamos en un punto de quiebre? “Lo hemos pasado ya hace mucho, es como cuando uno conduce con un bajo nivel de combustible y se enciende un punto rojo”, recalca la experta, que advierte también del momento decisivo que vive la humanidad: “Mi generación creció pensando que la ley debe respetarse y que existen instituciones que hacen cumplir el derecho internacional. Ahora, la ley no vale para nada y la voluntad política se alinea con el interés financiero. Lo que está pasando en Palestina está creando una sensación de desconfianza y de impotencia”.

Su postura le ha valido graves calificativos. Uno de los más serios es el que hizo recientemente la Administración de Trump, que aseguró que Albanese promulga un “antisemitismo descarado”. Eso no le impide lanzar afirmaciones contra la cúpula del Gobierno israelí. “El régimen de apartheid caerá y eso no significará el fin de Israel. La gente tiene miedo, y yo les pregunto: ¿la única forma que Israel pueda existir es en un apartheid? No puede ser. Israel debe existir como un Estado que respeta el derecho y la libertad, no uno que predica el supremacismo de un grupo sobre los demás”, apunta.

En contraste, ha sido esa misma postura la que le ha conseguido un reconocimiento internacional cada vez mayor. Una campaña global, apoyada por decenas de miles de personas en todo el mundo, aboga por que la relatora reciba el premio Nobel de la Paz, un reconocimiento que Trump está determinado de conseguir. Albanese subraya: “Me emociona saber cuánta gente me expresa su apoyo, pero a ellos les digo que no necesito un premio Nobel. Lo que necesito es ver el fin del genocidio”.

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